Implantar un sistema público de alquiler de bicicletas antes de contar con un carril separado del tráfico de manera segura, es poner la carreta delante de los bueyes o empezar la casa por el tejado. No obstante, aún hay tiempo para plantear soluciones que eviten un posible fracaso del sistema. En el caso que plantea el ayuntamiento de La Laguna para la circulación de las bicis eléctricas del sistema público entre el casco histórico y el campus de Guajara, la solución nos parece relativamente fácil: habilitar un carril bici provisional en tanto no se disponga del carril definitivo. Lo hicieron cientos de ciudades europeas y peninsulares que le echaron valor durante la pandemia. ¿Por qué no hacerlo ahora en La Laguna, que ha declarado la emergencia climática al principio del mandato pero que hasta el momento no se ha traducido en medidas efectivas?
Esta solución pasa, por ejemplo, por colocar las mismas barreras blancas y rojas (“new jersey”, en la jerga técnica), que con tan buenos resultados delimitaron las terrazas de los bares durante la pandemia. Una resolución o decreto de alcaldía (basada en los correspondientes estudios jurídico- técnicos) podría solucionar que en unas semanas pudiéramos disponer de un carril bici provisional a lo largo del itinerario número 2 de la Red Ciclable Básica de La Laguna que transcurre entre el casco histórico (se inicia en el Camino de Las Peras) y el campus de Guajara o viceversa.
Por ese carril bici bidireccional sí circularían de manera segura las 100 bicis eléctricas del sistema público más las de todos aquellos ciclistas urbanos que se animen a hacerlo. En realidad, pedalear en sentido de bajada (casco – campus) no tiene “ciencia”. Lo puedes hacer con cualquier bicicleta. Subir ya tiene otro calado solo reservado a ciclistas deportivos o urbanos avezados, si lo hacen con una bici convencional.
Pero pedalear cuesta arriba desde Guajara hasta el casco histórico es perfectamente asequible utilizando una bicicleta eléctrica. Bien del sistema público, que hará de estímulo, bien de otras personas que -estamos convencidos- se sumarán con sus propias bicis eléctricas.
Con voluntad política y resuelto el trámite administrativo vía decreto -si antes se resolvió para las terrazas porque estábamos en pandemia sanitaria, ahora se puede justificar porque estamos en situación de emergencia climática- se allanaría el camino para disponer de un carril bici separado del tráfico.
No obstante, aún queda un importante elemento a resolver: ¿dónde ubicar los coches que hoy ocupan plazas de aparcamiento espacio por el que mañana circularán bicicletas? Esta cuestión viene siendo considerada por el grupo de gobierno desde hace meses y según ciertas informaciones disponen ya de varios solares a lo largo de la ruta ciclista nº 2 en los que podrán aparcar los vehículos desplazados por el carril bici.
Por otro lado, las cientos de “new jersey” retiradas de las terrazas provisionales están en un depósito municipal listas para su uso. Desde Tenerife por la Bici, TXB, planteamos que se utilicen provisionalmente para delimitar los 4,3 kilómetros de la ruta nº 2. Ya sea colocadas por empleados municipales o mediante encomienda a SAGULPA, que en la actualidad es medio propio del ayuntamiento lagunero desde que compró una acción de la misma.
¿Dificultades respecto dónde reubicar los contenedores de basura o las zonas de carga y descarga? El proyecto de ejecución pendiente de informe del cabildo desde hace más de seis meses plantea soluciones para ello.
¿Qué falta entonces para adoptar una solución provisional al problema de carecer de carriles bici definitivos? Que nuestro alcalde, Luis Yeray Gutiérrez, sea consecuente y cumpla las palabras que manifestó cuando nos recibió en aquella “bicifestación” del año 2019, a las puertas de la alcaldía, y prometió que convertiría La Laguna en municipio de referencia en movilidad ciclista y sostenible de Canarias. Esperamos que la movilidad ciclista lagunera empiece a materializarse en breve. Estamos llegando tarde a las medidas pro bici, dicho de otro modo, medidas que mitiguen la ola de calentamiento global que parece que ya está llegando.